Más de 2000 oftalmólogos se reunen en Sevilla en el 91 congreso de la Sociedad Española de Oftalmolo

Empezó el miércoles, desde entonces y hasta el día de hoy, han ido desfilando todas las novedades que han surgido en los diferentes campos o subespecialidades de la oftalmología. Existen tal cantidad de novedades que es imposible acudir a todos los eventos. No queda más remedio que elegir aquéllos que más nos interesan en nuestra práctica.

Hoy en día toda esa información está en magníficas y numerosísimas páginas web especializadas, a un sólo clic del sofá de nuestras casas. Sin embargo, la asistencia a congresos permanece más viva que nunca porque son un inigualable punto de encuentro para todos.

No sólo puedes asistir a magníficas presentaciones de trabajos de investigación, cursos de actualización, jornadas y simposios, sino que además se convierten en lugares donde nos concentramos tal número de profesionales que constituyen un foro inigualable de intercambio de información, donde además conocemos mejor a personas cuyo trabajo admiramos, y donde surgen interesantísimas relaciones profesionales de colaboración de las que nuestros pacientes siempre salen beneficiados.

Los pasillos se convierten en hervideros donde comentar, discutir y aprender de tus compañeros, constituyendo una de las principales motivaciones que nos llevan a acudir a los mismos. Las ingentes cantidades de información que intercambiamos en las miles de conversaciones que mantenemos en cualquier lugar, y créanme que algunos de estos lugares son cuando menos curiosos, pondrían en aprietos a los mejores procesadores informáticos del momento.

Pero es que además se genera riqueza ya que hacemos uso de la oferta de servicios de la ciudad que visitamos. Y no se gasta ni un euro del erario público para celebrarlos.

A los políticos que ven con recelo este tipo de actividades profesionales les diría que lo reconsideren. La gran mayoría no sé si podrán entender de lo que les hablo ya que ni son profesionales ni se han dedicado nunca a otra actividad que la política. Por tanto, entiendo que su punto de vista está sesgado por lo que ellos (des)conocen, y hay que reconocer que conocen mucho acerca de dineros distraídos o malgastados. Pero a lo que me refiero es que quizás son sus congresos, los que hacen ellos, los que puede que no tengan mayor interés en ser mantenidos y por supuesto sufragados con dinero ¿público?. Pero señores (y señoras, como les gusta decir a ustedes), nosotros dedicamos mucho tiempo para mantenernos al día a pesar de que este esfuerzo en nuestro sistema público de salud ni se contempla, ni se estimula, ni se reconoce, ni se recompensa.

Nuestro sistema sanitario es de los mejores del mundo, y creo que en eso algo tendremos de responsabilidad los profesionales. Si no me pueden pagar mejor, que ya me gustaría ser europeo para algo más que los impuestos, al menos dejen que pueda sentirme orgulloso de mi formación y de mis aptitudes. Porque la actitud afortunadamente la tenemos, y de ello se benefician nuestros pacientes. No vean tanta maldad en los dineros que la industria farmacéutica destina a este respecto. Afortunadamente contamos con ellos, con ustedes para esto no hemos contado nunca, y aunque les doy la razón y comparto que posiblemente lo mejor sería no depender de las multinacionales, lamentablemente creo que seguiremos sin poder contar con ustedes ni con nuestro sueldo. Véase lo que destinan a investigación.

Sabemos que un médico tiene mejor sueldo que muchas otras profesiones. En España sin embargo está muy alejado del de nuestros iguales comunitarios por no hablar de otros países del mundo. En España ademas existen algunas comunidades como Andalucía donde son de los más bajos del País, y les recuerdo que continuamos recortados económicamente, por aquello de la crisis, y manteniendo una jornada anual extendida con respecto a lo que hacíamos hace unos años. Y no parece que nada de eso vaya a cambiar. Así que señores políticos, por favor, no nos dificulten también el acceso a la formación continuada. Si profesionalmente tampoco nos dejan crecer, nos nos quedará ni la dignidad ni el orgullo de nuestra capacitación, reconocida hasta hace poco en todo el mundo. Y seamos realistas, hoy en día poco más que eso nos queda.